Avner ganó fama mundial cuando ingresó en el libro Guinness de records mundiales como la persona que realizó el mayor número de transformaciones sobre su cuerpo para parecerse a un animal. Luego apareció en numerosos shows de la TV norteamericana e incluso en el programa Animal Planet. En una oportunidad había expresado que él había sentido el espíritu del tigre, lo que lo motivó a iniciar toda una serie de costosas operaciones.
Sin embargo, a menudo solía decir que "encontró la fama, pero no la fortuna".
Finalmente, se suicidó ante la frustración de constatar que no podía ser un tigre, aunque sus defensores dicen que murió de "tigrefobia".
Traemos a colación este caso para señalar que la cirugía, por más drástica que sea, no puede cambiar los problemas psicológicos subyacentes de una persona. Algo similar ocurre con quienes pretenden "cambiar" su sexo. En lugar de enfrentar sus problemas psicológicos, se mutilan el cuerpo intentando "adaptarlo" a sus desilusiones.
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